Cuarzos y Cristales
Los cuarzos y cristales son elementos poderosos que nos conectan con la energía de la tierra. Cada cuarzo tiene una frecuencia de resonancia natural, que es la frecuencia a la que vibra de manera más eficiente. Cuando un cristal se expone a una frecuencia que coincide con su frecuencia amplifica su vibración produciendo un poderoso campo electromagnético que resuena con nuestras energías internas para promover la sanación.
Cuarzo y Cristales
Los cristales y las piedras se han utilizado durante milenios y en muchas culturas antiguas. Se creía en el poder curativo que estas tenían a partir de la vibración que emiten.
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Nikola Tesla explicó que la vibración de la energía es fundamental para el entendimiento del universo, demostrando que ciertas formas de energía pueden cambiar la resonancia vibratoria de otras. Este es el concepto fundamental de los cristales y piedras que cambian la vibración de las células del cuerpo.
James Clerk Maxwell usó los conceptos del electromagnetismo y de la teoría cuántica para explicar cómo todo vibra a una frecuencia determinada. Esto permite comprender cómo los cristales poseen una capacidad de cambiar las frecuencias de otros objetos y cuerpos cuando ocupan el mismo espacio. Un cristal, con sus propias oscilaciones de frecuencia, vibra dentro de un campo de energía. A través de la ley física de la resonancia, cuando somos capaces de crear un campo vibratorio específico, se produce un impacto en el sistema nervioso y, por tanto, una nueva transmisión de información al cerebro.
Se le llama principio de Resonancia y se le conoce también por “vibración por simpatía”. Es la capacidad que tiene una vibración de transmitirse, llegar a otro cuerpo y hacerlo vibrar en su misma frecuencia.
Nuestros cerebros también pulsan y vibran produciendo frecuencias electromagnéticas que pueden ser medidas, como el sonido, en ciclos por segundo (hercios).
Olivea Dewhurst, en «El libro de la terapia de sonido», explica el efecto de las ondas vibracionales (audio) en el cuerpo, a través del efecto de la resonancia que se propaga a todas las células del cuerpo. Esta vibración armónica ayuda a restaurar y a reforzar las estructuras o tejidos del cuerpo. El alto contenido en agua de los tejidos corporales contribuye a transmitir el sonido (vibración), y el efecto general se puede comparar con un masaje profundo a nivel atómico y molecular.
En el mundo de la sanación a través del sonido, se observa al cuerpo humano como un sistema vibratorio complejo que tiene la capacidad de resonar respondiendo a todo tipo de frecuencias diferentes. Al revitalizar y restaurar las propias frecuencias de resonancia del cuerpo, cesa todo desequilibrio y se produce la sanación.
Cuando un órgano u otra parte del cuerpo se encuentra sano, crea una frecuencia resonante natural que armoniza con el resto del cuerpo. Sin embargo, cuando surge la enfermedad, se establece un patrón de sonido diferente en esa parte del cuerpo que no vibra en armonía.
En consecuencia, mediante el uso de un sonido creado externamente y proyectado sobre la zona enferma, es posible introducir el patrón armónico correcto en dicha área corporal y provocar una reacción curativa. Los cuarzos son ese patrón armónico.
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