Para lograr la sororidad, hay que sanar traumas personales y colectivos

Justicia Feminista: Sanación, Libertad y Construcción Colectiva
A lo largo de mis 50 años de activismo feminista y sanación, mi camino ha estado guiado por una misión clara: ayudar a que las mujeres sanen sus vidas y sus cuerpos para ser libres y construir un mundo mejor para las siguientes generaciones. Después de vivir más de 16 años en El Salvador, he comprendido que este proceso de sanación no es solo personal, sino también político, y que la construcción en colectivo es más eficaz para sanar traumas.

Sanación Colectiva: Un Camino Hacia la Libertad
Para alcanzar la verdadera libertad, es necesario un proceso de sanación política, donde las mujeres analizamos juntas las estructuras sociales, afectivas y personales que perpetúan la violencia. Desde el feminismo, hemos heredado estrategias ancestrales, como la creación de espacios colectivos, donde nos acompañamos, crecemos y resistimos.

Sin embargo, estos espacios deben reconocer la diversidad y los privilegios que atraviesan nuestras experiencias. No solo el hecho de ser mujeres nos une, sino que también influyen factores como la clase social, la identidad racial y étnica, la edad y otros aspectos históricos.

Construcción de Espacios Políticos Seguros
Es fundamental reconocer que, aunque buscamos espacios libres de violencia, siempre habrá conflictos derivados de distintos ejes de dominación. En lugar de negar esta realidad, debemos asumir el reto de crear espacios políticos con capacidad de respuesta colectiva ante la violencia. La utopía es construir espacios donde la justicia feminista realmente transforme la realidad.

Pero ¿qué significa responder a la violencia desde una perspectiva feminista? La justicia que las mujeres han enfrentado históricamente ha sido torturadora, punitiva y represiva. Hemos sido linchadas, encarceladas, acusadas y silenciadas bajo normas impuestas por otros. Como feministas, debemos desafiar este modelo y preguntarnos qué tipo de justicia queremos construir.

Más Allá del Castigo: Justicia Feminista y Sanación
La reconocida activista Gina Davis nos insta a abandonar la mentalidad del castigo y la venganza, promoviendo una justicia basada en empatía, solidaridad y reparación. El modelo tradicional de justicia se basa en un sistema binario de perpetrador-víctima, lo que refuerza la dominación y la violencia.

Las feministas no podemos aceptar estos roles impuestos, ya que perpetúan un enfoque patriarcal y colonial. Ejemplo de ello es la situación de las 17 mujeres encarceladas en El Salvador tras sufrir abortos espontáneos. Este modelo de justicia sigue colocando nuestras voces en manos de otros, manteniéndonos en una posición de sumisión.

En los espacios originarios, la justicia es colectiva y se construye en comunidad. Se basa en el diálogo, la reparación y el reconocimiento mutuo. En lugar de reproducir los linchamientos públicos, debemos desarrollar modelos que prioricen la solidaridad y la empatía.

Reflexión y Acción: ¿Estamos Preparadas?
La justicia feminista es urgente, y debemos cuestionarnos su aplicación en nuestros espacios políticos. Es necesario diferenciar los objetivos de justicia cuando la violencia se da dentro o fuera de nuestras comunidades, sin que esto implique silenciar las violencias internas.

Sanar no significa abandonar la lucha, sino asumir nuestro papel en la transformación colectiva. Debemos dejar atrás los boicots y señalamientos, fomentando la auto-reflexión, la escucha empática y la construcción conjunta de respuestas eficaces ante la violencia.

¿Estamos preparadas para ello?